Cuando nos referimos a un tejido hidrófugo, hablamos de un tratamiento que se realiza para impedir el paso del agua hacia la piel. Se realiza en la fase de acabado del tejido, permitiendo el paso del aire pero no del agua.
Al principio, los acabados hidrófugos tenían baja transpirabilidad y poca duración a los lavados. Actualmente, ha evolucionado la química de los repelentes del agua utilizando las siliconas y los flúor químicos, que consiguen lograr una mejor repelencia. Aunque si tratamos el producto con disolventes este acabado hidrófugo puede anular el efecto con el tiempo.
Si observamos la evolución de los tejidos hidrófugos, vemos que la clave está en la tensión superficial. Cuando ésta es inferior a la tensión superficial del agua, el tejido no se humedece, y permite repeler el agua.
Este tejido es un tejido agradable al tacto aunque no deja de tener un cuerpo fuerte para la realización de prendas o diferentes accesorios. Nuestra empresa acaba el tejido en blanco óptico aunque el cliente puede sublimar y darle el color o estampado que desee. También puede ser lavado en la lavadora evitando así desteñidos o roces. No se recomienda utilizar secadora.
Usos y aplicaciones
Los productos hidrófugos dan un valor añadido al producto, ya que cualquiera puede mancharse con un simple vaso de café.
Otro posible uso es aplicarlo en la confección de prendas de baño, ya que este acabado permite que la prenda seque rápidamente y una vez el usuario sale del agua la prenda obtiene un secado casi instantáneo, evitando posibles enfermedades por estar un tiempo en contacto con la humedad.
Para los deportivas también es importante ya que pueden seguir practicando deporte a pesar de la lluvia. Un deporte en el que se aplica es el ciclismo.